Oda al Rubens
Desperté totalmente desnudo en la playa, constaté en mi campo de visión que no había nadie más por allí, y entonces me pare y al darme la vuelta ví a la vigilancia del lugar (los puercos), -¿cómo te llamas?, ¿qué haces aquí desnudo?, ¿de dónde eres?- al intentar contestar no tenia una idea clara de lo que queria decir y solo balbucee algunos sonidos que no tenían coherencia, sin duda aún estaba pedísimo y se me trababa el habla, fue entonces cuando escuche al puerco mayor diciendole a uno de sus lamebotas -subelo y dale algo para que se tape-. abordo de la patrulla playera me dieron una cobija, la cual me envolvi por detras de la espalda, mi mente se empezaba a despejar un poco y trataba de recordar lo sucedido la noche anterior; había llegado con unos amigos desde ecatepec hace unos dias y justo ayer debi regresar con ellos pero me jalo la vibra del viaje y sencillamente me quede, conocí a unos tipos que me brindaron su casa pero lo que a mi me agradaba era dormir en la playa (es un espectáculo bien chingón el amanecer en la playa), asi que ya al anochecer me dirigí hacia la playa y a lo lejos distinguí unas cuantas personas y fuí donde ellas, era una gran fiesta, batucadas, cerveza, personas que lo único que querian era divertirse, no me costo mucho integrarme, comence a beber y a beber y no recuerdo más...
Ahora me encuentro detenido en la delegación, no es la primera vez que estoy en una situación asi, recuerdo una ocasión en donde me encerraron por borracho pero di un nombre falso y mis amigos me estuvieron buscando como locos por todos lados, no sabían que me encontraba en el primer lugar que fueron a preguntar, ya despues no se como supieron que estaba allí pero con otro nombre, al salir y verlos me empezaron a regañar de que porque no daba bien el nombre, que ellos bien preocupados, pero dentro de mi nebulosa me daba un poco de gracia. Lo que no me gusta para nada es no poder ver el mar, contemplar el romper de las olas , me gustaría palparlo, recostarme en la orilla, que me jale, que me lleve, abajo y más abajo hasta perder la conciencia o quiza no la pierda nunca y simplemente emerga la necesidad de dejar el cuerpo y ver acercarse a las criaturas marinas que vienen por la carne, expandirse y, una vez estando en constante fluir, ser por siempre la vida con toda su belleza y podredumbre.
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